La Galería Javier López se complace en presentar una exposición individual del artista japonés TATSUO MIYAJIMA (1957). En esta su segunda muestra en nuestra galería, realizará una instalación de sus últimos trabajos con el título de COUNTER ME ON.
Tras completar sus estudios de postgraduado en Tokio en 1986, Tatsuo Miyajima se dio a conocer internacionalmente en 1988 cuando tomó parte en la sección Aperto de la Bienal de Venecia. En 1999 volvería al mismo certamen como representante de su país en el Pabellón japonés, con una instalación de sus conocidos contadores digitales, llamada Mega Death.
Siguiendo la tradición japonesa de explorar el tiempo y el espacio como tema artístico, las fascinantes tecnologías de Miyajima conforman un puente entre lo antiguo y lo moderno. Miyajima entiende nuestra comprensión del tiempo como algo fundamental a la definición básica de la espiritualidad humana. Durante los ochenta, a través de construcciones en las que utilizaba material eléctrico desechado (viejos televisores, transistores, etc.) para crear lo que constituía virtuales sistemas nerviosos electrónicos que mezclaban sonido, imagen y movimiento, desarrolló los principios que guían todavía su obra: cambio continuo, cambio sin fin y conexión con un todo. ”El infinito, como el tiempo mismo, está constantemente cambiando”.
A finales de 1987, Miyajima construye su primer contador (que iba del uno al nueve para volver a empezar), elemento genérico que para el artista simboliza la visualización más básica del paso del tiempo y que, desde entonces, ha utilizado en combinaciones para crear obras que exploran las infinitas relaciones simbólicas de lo numérico. En esta nueva serie juega con la palabra "me on" del griego, que significa inexistencia. Los contadores van del 9 al 1, sin el 0. En estas obras, "me on" adquiere el significado de muerte; las obras, en pares armónicos, muestran así vida y muerte, muerte como inexistencia, aunque la pregunta, para el artista, es si la muerte, como muchas veces se plantea, es en efecto la inexistencia. Para el Budismo, la muerte es una pausa de energía que nos prepara para la próxima vida. Los números aquí sólo cambian su forma de acuerdo con la fuerza de la energía proporcionada; la estructura del tubo de neón se mantiene inalterada, su presencia acentuada por la superficie de espejo del fondo. Es además el espectador quien percibe el cambio de energía, y que por lo tanto crea la existencia e inexistencia con su misma presencia.
Aunque hay referencias al arte serial de los años 70 en el trabajo de Miyajima, él mismo toma en efecto como referencia el Budismo, que denomina “una religión sobre el tiempo”. Las imágenes numéricas de Miyajima en su incesante cambio simbolizan el reto inabarcable de visualizar la enorme complejidad del universo –definido tanto por la filosofía Budista como por la física moderna—donde el individuo no es más que una unidad minúscula pero significante dentro de un todo inmenso e incomprensible. Pero ante todo, Miyajima es, como todo artista, un inventor que utiliza imágenes para construir su visión particular de la realidad.
Su últimas exposiciones incluyen, entre otras, la Hayward Gallery de Londres, Fundación Cartier de París y el Museo de Arte Moderno de San Francisco.