Tal vez sea este el género más polémico de la Historia del Arte. Desde la época clásica el cuerpo humano ha constituido una materia prima que ha suscitado el interés de todas las disciplinas –pintura, escultura y fotografía-, pero las trabas para representarlo han sido innumerables. Tanto por las constantes prohibiciones, como por la atracción que ejercen los cuerpos desnudos, resulta un tema artístico sumamente interesante y sugerente. Es en la segunda década del siglo XX cuando las costumbres se vuelven más naturales, la mentalidad más abierta y la fotografía se beneficia de los influjos de ese cambio postulándose como un género artístico autónomo y abre nuevas vías de experimentación creativa en las que el desnudo se desliga de la censura moral y de la clandestinidad, hasta llegar en los últimos años a una situación de normalidad.
La Galería Javier López presenta en esta ocasión obra de los siguientes autores:
NOBUYOSHI ARAKI (Tokio, 1940)
Probablemente el fotógrafo japonés más reconocido dentro y fuera de su país. Colaborador de revistas como Playboy o Déjà-Vu, desde sus inicios, este prolífico autor, desarrolla la temática sobre la que se ha centrado su obra, principalmente el mundo femenino cargado de un erotismo a veces perturbador: retratos de mujeres atadas artísticamente y desnudos en los que combina tradición y modernidad se entremezclan con imágenes cotidianas, el urbanismo, la vida en Tokio y también la muerte. Tachado de pornográfico por lo explícito de sus imágenes y de misógino por grupos feministas, sus escenas de Tokio Diary tienen una carga erótica y una plasticidad evidentes, pero su modernidad en el desnudo y el juego de la perversión le convierten en uno de los creadores más controvertidos de hoy en día.
MAPPLETHORPE (Nueva York, 1946 – Boston, 1989)
Considerado artista clave de la contracultura, ha sido tan criticado como alabado debido a sus imágenes transgresoras, eróticas y explícitamente sexuales. Autodidacta y obsesionado por la perfección, su esteticismo extremo -él mismo define la fotografía como “la forma perfecta de hacer una escultura”- le lleva a retratar los cuerpos desnudos cuidando hasta el límite la composición: controla al milímetro las proporciones, los equilibrios, los enfoques, el blanco y negro, las sombras y la luz, las posturas de los cuerpos, las actitudes, las texturas de las pieles… todo aquello que debía entrar en la fotografía y lo que debía quedar fuera.
DAVID LEVINTHAL (San Francisco, 1949) Es una de las figuras más importantes de la fotografía americana actual. Pionero en el uso de juguetes y muñecos en miniatura con los que crea escenarios artificiales que luego fotografía con su Polaroid de gran formato. De esta forma se convierte en un voyeur que renueva el modo de enfrentarse a temas tabúes de la sociedad americana como el sexo –series Desire y XXX-, la guerra o la identidad cultural, tratándolos con plena libertad y libres cualquier ligamento moral.
ANDRES SERRANO (Nueva York, 1950)
Autor obsesionado con ”retratar la belleza”, sus fotografías siempre han tratado temas complejos y polémicos. Su mirada es la de aquellos creadores que consideran la fotografía como un género de la pintura. Su intención al tomar las fotografías no es plasmar la realidad, sino crear composiciones, como si de cuadros se tratara, para luego fotografiarlos. La contundencia de sus imágenes que representan tabúes como los fluidos del cuerpo, la exclusión, el fanatismo, la religión, la enfermedad, el sexo o la muerte viene dada por la precisión de los títulos, de hecho en ocasiones son estos los que confieren ese carácter provocador a imágenes que bien podrían pasar por simples fotografías de gran belleza y atractivo pictórico.
THOMAS RUFF (Zell am Harmersbach, Alemania, 1958) Miembro de la prestigiosa escuela de Dusseldorf, junto a Thomas Struth, Andreas Gursky, Candida Höfer o Axel Hütte, es uno de los grandes renovadores de la fotografía del último cuarto del siglo pasado. Desde sus primeros trabajos (retratos de amigos) a sus series sobre objetos retocados digitalmente, el artista se cuestiona la veracidad de las imágenes tradicionales para subvertir tanto el proceso creador como el resultado final. Partiendo de esa manipulación, trata de dotar a las imágenes de un nuevo contexto, una “segunda realidad”, imágenes de imágenes como las tomadas de sitios porno de Internet, que pierden su autenticidad, superando así el sentido de representación original de la cámara, que simplemente registra un encuadre a modo tradicional. “La mayoría de las fotografías que nos encontramos ahora ya no son auténticas en sí, ahora tienen el sello de una autenticidad manipulada por la realidad preconcebida”, comenta Ruff sobre su trabajo.
JULIAN OPIE (Londres, 1958)
Probablemente uno de los artistas más cotizados del Brit-Art. Su obra, fácilmente reconocible por su peculiar esquematización de los motivos representados y el uso de tintas planas, mezclado con la aplicación de las nuevas tecnologías (trabajos realizados por ordenador, vinilos con luz interior, paneles LED o pantallas de cristal líquido), consigue un efecto estético de impecable factura visual. Opie nos ofrece su síntesis de la realidad: paisajes, coches, mujeres que andan, bailarinas que se desnudan, guitarristas… todos basados en la vida cotidiana y la gente de su entorno.
