La Galería Javier López presenta la segunda exposición individual en Madrid de Francesco Clemente (Nápoles, 1952), tras la muestra dedicada a su serie New York Muses hace tres años. En esta ocasión, el pintor italiano ha creado acuarelas de gran formato que se pondrán en relación con obras anteriores, la mayoría realizadas con la misma técnica aunque a una escala menos ambiciosa para el medio que las más recientes, y que permitirán hacer un recorrido por su trabajo de los últimos veinte años.
El conjunto de obras que da título a la exposición forma parte de una única composición estructurada en siete ámbitos que responden a las inquietudes que han marcado su trabajo de las últimas décadas en su búsqueda de lo eterno en lo contemporáneo. Como arqueólogo de la consciencia, trata de aunar términos que para él pertenecen a una misma realidad compleja y universal: tradición e imaginación, antigüedad y modernidad, oriente y occidente, espiritualidad y sensualidad, pasado y presente, memoria individual y colectiva.
Con sus experiencias y recuerdos en la base de los distintos estratos que componen sus poderosas imágenes, aporta una riqueza y profundidad que tienen mucho que ver con la diversidad de las fuentes estilísticas de su mitología personal. Trata de alejarse de trasposiciones literales, más que apropiarse prefiere actualizar motivos iconográficos de diferentes tradiciones culturales, que descontextualizados adquieren un nuevo sentido en su propia imaginería artística. Así podemos encontrar elementos de la historia y la plástica populares indias, la simbología del Romanticismo de William Blake o referencias a las raíces más clásicas de la cultura occidental.
Esta diversidad se corresponde con su experimentación técnica, que a menudo le sitúa en el límite de las prácticas artísticas tradicionales, y tiene su reflejo en los diferentes materiales, medios y soportes que emplea: óleo, pastel, acuarela, fresco, témpera sobre papel o tela, escultura, ediciones impresas. Al elegir un rollo de papel de gran formato para dejar la huella de la pincelada y de su propio movimiento sobre el soporte pone de relieve el proceso creativo, dando sensación de continuidad y dinamismo, así como el espacio en el que se genera y el sugerido dentro de ella. Los colores vibrantes y luminosos para los que tiene un especial instinto parecen reverberar en la superficie del papel con una textura casi acuosa que remite al origen de la vida.
Su formación humanista en lenguas y literatura clásica, así como en arquitectura, junto con sus inquietudes intelectuales, le han llevado a colaborar en numerosas ocasiones con escritores ilustrando libros o textos de Allen Ginsberg, Robert Creeley, John Wieners o René Ricard. Por otra parte, ha trabajado de manera conjunta con artistas contemporáneos de la talla de Andy Warhol y Jean - Michel Basquiat, proyectos que conviven con obras creadas junto a artesanos indios a los que se acerca durante sus constantes visitas a Madrás.
Desde mediados de los ochenta, la obra de Francesco Clemente ha sido objeto de multitud de exposiciones tanto en Europa como en América y Asia. Destacan las llevadas a cabo por la Alte Nationalgalerie de Berlín (1985), la Royal Academy of Arts de Londres (1991), el Centro Georges Pompidou de París (1995), el Museo Guggenheim en Nueva York (1999) y Bilbao (2000), el Irish Museum of Modern Art de Dublín (2004). Sus últimos proyectos son Palimpsest para la Schirn Kunsthalle de Frankfurt y Tarots en la Galleria degli Uffizi de Florencia.