La Galería Javier López abrió sus puertas en Londres en 1995 con Ongoing Project de Martin Creed (Wakefield, 1968), una serie de obras experimentales con las que Creed daba uso al espacio de entrada a la galería. Algunos de sus trabajos iniciales se expusieron por primera vez como parte de este proyecto, como la Obra nº 115: tope fijado en el suelo para dejar que la puerta abra sólo 45 grados o la Obra nº 123: tres metrónomos marcando el ritmo, uno rápido, uno lento y otro ni rápido ni lento. En el marco de su participación en ARCOmadrid 2015, la galería presenta la primera exposición individual del artista británico en nuestro país, al margen de las dos citas dentro del ámbito institucional organizadas en 2011 por el MARCO de Vigo y la Sala Alcalá 31 de Madrid. Para celebrar este reencuentro dos décadas después, Creed propone un proyecto "site-specific" que reúne nuevos trabajos creados especialmente para la ocasión. Esta selección permite acercarse a los distintos estilos y formatos que en los que se mueve este creador indispensable para entender algunas derivas del arte actual.
Creed realiza mínimas intervenciones sobre objetos preexistentes de manera que los materiales hablen por sí mismos, ya que respeta las cosas por lo que son. Juega con ellas a través de la idea de acumulación, a menudo creando progresiones (en tamaño, altura, tono…) o simplemente mostrándolas ordenadas, clasificadas, apiladas. Desde finales de los años ochenta enumera sus trabajos y les da títulos meramente descriptivos, con una simpleza engañosa que provoca un impacto inmediato en el espectador. Este acercamiento le permite utilizar cualquier forma de expresión, desde la pintura y la escultura al vídeo pasando por la instalación (lumínica o mural) y la performance, puesto que lo principal es el proceso de creación - “tratar de vivir la vida mejor” -. En palabras del comisario Cliff Lauson, su obra es “minimalista y monumental, efímera y escultórica, rigurosamente lógica e intuitivamente emocional".
El papel del sonido y las palabras es esencial en las obras de Martin Creed, que considera su faceta de músico y compositor inseparable de su trabajo como artista plástico. De hecho, sus obras visuales pueden verse como composiciones musicales, siendo cada interpretación distinta de la anterior, y en las que el ritmo tiene gran importancia. Su enfoque de los lugares comunes hace que lo aparentemente insustancial esté cargado con una sorprendente resonancia emocional, generando reacciones de lo más diverso al imponer una comunicación directa con el espectador. Con sus gestos invita a imaginar un nuevo e inesperado destino para las cosas que nos rodean.
En esta exposición se incluyen ejemplos de sus retratos intuitivos y paisajes, dos temas tradicionales que resultan novedosos en la producción de Creed y con los que abre su metodología de exploración a momentos de azar y espontaneidad. Para Creed, pensamientos, sentimientos, personas y cosas forman parte de un mundo interconectado en el que nada puede quedarse aislado.
Martin Creed creció en Glasgow y estudió en la Slade School of Fine Art (1986 - 1990) de Londres, donde trabaja y vive actualmente, aunque desde 2001 reparte su tiempo entre la capital británica y la isla italiana de Alicudi. Ese año recibió el Turner Prize por la Obra nº 227: luces encendiéndose y apagándose. Ha expuesto extensamente en todo el mundo, entre sus proyectos recientes destaca la retrospectiva What's the point of it? en la Hayward Gallery de Londres. En 2013 presentó la Obra nº 202: la mitad del aire en un espacio dado en la National Gallery de Canadá y dos proyectos para The Aldrich Contemporary Art Museum en Ridgefield y The Andy Warhol Museum en Pittsburgh. En 2012 mostró su trabajo en el Museo de Arte de Lima, formó parte de la sección Artist Rooms de la Tate Liverpool y fue artista residente en el Museum of Contemporary Art de Chicago, donde cada mes fue mostrando una intervención diferente en distintas zonas del museo, incluyendo la instalación en la plaza de entrada de su escultura de neón más grande hasta la fecha.