La Galería Javier López & Fer Francés participa en la XXII edición del Festival Off de PHotoESPAÑA con una exposición individual del artista japonés Nobuyoshi Araki (Tokyo, 1940) comisariada por Jimena López, que incluirá una amplia selección de fotografías en color y en blanco y negro centradas en dos de las temáticas con las que este fotógrafo ha obtenido mayor reconocimiento internacional en las últimas cuatro décadas: flores y retratos femeninos.
Si otros creadores contemporáneos han hecho de las ciudades en las que viven y trabajan el centro de su discurso narrativo, no sólo en el ámbito plástico sino también literario o cinematográfico, no cabe duda de que Araki ha configurado desde un punto de vista muy personal una imagen de Tokio que sin embargo está totalmente enraizada en el imaginario colectivo de la capital nipona. Sus primeras series de paisajes urbanos vacíos (como Tokyo Autumn de 1972) fueron realizadas recorriendo con una pequeña Leica las calles extrañamente desiertas de la emblemática urbe; enseguida descubrió el famoso distrito rojo de Shinjuku, cuyos modelos infinitos de mujeres ejercieron sobre él una fascinación tal que se puede decir que ha determinado su obra posterior.
La obra de Araki siempre se ha situado en el filo entre la expresión artística y la pornografía, convirtiéndose en una figura de culto a partir de la década de los noventa y un clásico de la fotografía contemporánea conocido por su singular interpretación del erotismo, resultando en ocasiones perturbador. Su obra une vida, muerte, sexo y belleza - una belleza transitoria como la de las flores, símbolo de decadencia -. En los inicios de su carrera en los años sesenta tuvo problemas con las autoridades con cargos por amoralidad, la revista Shashin Jidai fue retirada por la policía en 1988 por incluir sus fotografías, algunas de sus exposiciones tuvieron que ser clausuradas o censuradas, un comisario fue arrestado por mostrar imágenes de desnudos del fotógrafo en 1993. Pero Araki se ha mantenido justo en el límite de la provocación tolerada socialmente, jugando a ser un rebelde sin parecer una amenaza más allá de los valores morales y los tabúes culturales.
En su controvertida obra se pueden distinguir dos registros: un sentimentalismo que roza el kitsch y un erotismo desmesurado - a veces directamente pornográfico -, que en ocasiones se unen en una misma serie (Tokyo Nude en los años ochenta, A’s Paradise de 1998, Vaginal Flowers de 1999). La muerte de su esposa en 1991 le provocó un vacío que el artista intentó llenar fotografiando, desde ese momento no quiso fotografiar otra cosa que no fuera la vida, pero descubrió que toda imagen conlleva una muerte: la del tiempo detenido.
Artista prolífico, autor de numerosos libros, desde su primera participación en la Bienal de Venecia en 1979, su obra ha sido objeto de numerosas retrospectivas itinerantes tanto en Europa como en Estados Unidos. En nuestro país, la primera exposición colectiva en la que se pudo contemplar su trabajo fue celebrada en la Casa Edizalde de Barcelona en 1986, la Sala Parpalló de Valencia presentó su obra junto con la de Larry Clark en 1994, participó en la primera Bienal de Valencia en 2001 y en el Festival PHotoESPAÑA en 2002 y 2013.
